viernes, 23 de abril de 2021

Leer es soñar, con los ojos abiertos.

¡Hola de nuevo, familias! 

Hoy, como ya sabéis, es el día del libro, y por la escuelita, es un día muy especial. Un día especial para nuestros niños, para soñar despiertos y sumergirnos en historias trepidantes. 

Y así lo hemos celebrado, juntos, contando cuentos.

 En nuestra escuela se fomenta el amor por los libros, el amor por la lectura, el amor por descubrir esa imaginación que nos llega a través de palabras e imágenes maravillosas.

¿Pero como hacemos sentir a los niños que es a través de los libros como mejor se accede al mundo fantástico de los sueños?

No tenemos una receta infalible, pero si merece la pena que hagamos una reflexión. 

Pensamos que como en todos los aprendizajes, el afecto con el que se afronten influye directamente en mayor o menor motivación. Y somos modelos para nuestros niños y Nuestro gusto por los libros se transmite. Nuestra elección también será la suya. Por todo eso, busquemos momentos para mostrar imágenes, contar historias, en definitiva imaginar juntos. 

Por todo esto es importante elegir bien el cuento pero no menos importante el cómo lo queremos contar.

-cuentos ligados a sus intereses y motivaciones.

-adaptados a su desarrollo evolutivo.

-la narración debe jugar con cambios de voz, ritmo, tono... y quizá a veces es conveniente interrumpir el cuento para volver a centrar su atención.


Somos conscientes que en esta etapa, somos privilegiados, porque los niños se involucran y disfrutan en las historias.

Si somos ejemplo, si la imagen de un padre/madre/educador con un libro en la mano es cotidiana, si nuestra satisfacción con la lectura es evidente para el niño, es más fácil que para él también sea cotidiano y satisfactorio.


 Os dejamos trocitos de nuestro gran día


Y aquí, os dejamos un regalo:

EDUCAR

Educar es lo mismo

que poner motor a una barca…

hay que medir, pesar, equilibrar…

… y poner todo en marcha.

Para eso,

uno tiene que llevar en el alma

un poco de marino…

un poco de pirata…

un poco de poeta…

y un kilo y medio de paciencia

concentrada.

Pero es consolador soñar

mientras uno trabaja,

que ese barco, ese niño

irá muy lejos por el agua.

Soñar que ese navío

llevará nuestra carga de palabras

hacia puertos distantes,

hacia islas lejanas.

Soñar que cuando un día

esté durmiendo nuestra propia barca,

en barcos nuevos seguirá

nuestra bandera

enarbolada.

Gabriel Celaya

 

¡Hasta pronto familias! 

sábado, 10 de abril de 2021

¡PASITO A PASITO!

 


¡Hola familias!

Es hora de abrir una pequeña ventanita sobre lo que comentamos en la reunión. La importancia del movimiento libre.

Nuestros bebés han nacido independientes e indefensos, han estado nueve meses acompañados y al salir a conocer el mundo, necesitan nuestra presencia y que, por supuesto, sepamos satisfacer todas sus necesidades. Cuando hablamos de necesidades, no sólo hablamos de las fisiológicas como comer, dormir, bañarse, de las que tenemos que crear un momento único de conexión y amor, sino también de las afectivas (decirle lo mucho que les queremos, darle besos y abrazos cuando lo necesiten...) y de la necesidad de sentirse libre en el movimiento.

Nuestros niños necesitan sentirse arropados, acompañados y libres.

El movimiento es una necesidad básica del ser humano sobre todo durante la infancia. A través del movimiento, los niños descubren, exploran, aprenden y se desarrollan. Pero para que favorezca el desarrollo total del niño, el movimiento ha de ser libre. Es decir, respetado y acompañado por el adulto. Por ello, como ya os dije, necesitan momentos de suelo, y movimiento, y que nosotros como padres les ofrezcamos un entorno seguro para ello. Seguro emocionalmente hablando y por supuesto también seguros en espacios.

Esto también influye de manera directa en su personalidad, favoreciendo su autonomía, la seguridad en un mismo y la plena confianza en ellos y en lo que están haciendo.

Hay que partir de la base de que, es precisamente la curiosidad y el interés del niño lo que le irá llevando a descubrir el mundo y nuevas posturas y movimientos. Como los va descubriendo el mismo, ninguna postura le perjudicará ni le parecerá desagradable. Cuando no se respetan los tiempos, ritmos y posturas del niño, cuando se le colocan en posturas que no llegan por sí mismos, los bebés sueñen llorar en el suelo y rechazarlo ¡y no es para menos! Están colocados en posturas que no son de su interés, su curiosidad o su necesidad, sino desde lo que se le ha ocurrido al adulto. Solo tenemos que tener una cosa en mente: el niño va conquistando la autonomía a su ritmo y según sus necesidades. 

Y en esto está la riqueza del movimiento libre, en que sean ellos los únicos protagonistas de sus logros y conquistas. Y nuestra única misión es "dejarles hacer"  pero siempre con un acompañamiento seguro, y ayudándoles a generar esa confianza que necesitan para alcanzar sus objetivos.


EVOLUCIÓN POSTURAL EN BASE AL MOVIMIENTO LIBRE

Como ya hemos repetido, la conquista del nuevo movimiento la hará el niño cuando él se encuentre seguro y con confianza, y de manera natural.

De cúbito dorsal:  "boca arriba". Suele ser la postura que más les gusta a los bebés, Tienen gran estabilidad, lo que le produce mayor confianza. Sus manitas y piernas quedan totalmente libres para jugar con ellas y explorarse a sí mismos. Se chupa las manos, las agita con gran emoción. Patalea y da golpes con sus piernas.




De cúbito lateral o costado: el bebé comienza a ver el mundo de medio lado. Intenta poco a poco alcanzar objetos que están a su alcance. Rota su cabeza y lo coordina con el movimiento de sus bracitos para girar su cuerpo parcialmente.




Boca abajo: gracias a su confianza el niño es capaz de voltearse hasta darse la vuelta completa. Suele se un movimiento que crea inseguridad al principio porque se sienten desorientados. El niño ha sido capaz de cruzar la línea media de su cuerpo. Sus bracitos y sus pies son su apoyo y poco a poco su cabeza está más despegada del suelo.




Desplazamientos (reptar, gatear): una vez boca abajo, el bebé comienza a desplazarse. Se apoyan en las manos y reptan hacia atrás, tienen gran fuerza en los brazos y se mueven hacia delante, reptan sobre su propio ombligo. El reptado implica utilizar un patrón contralateral, es decir, avanza el brazo y la pierna contraria, que será el mismo patrón que se necesita para andar, correr o leer. 


Semi- sentado: el bebé es capaz de liberar una manita ya que posee mejor equilibrio y precisión en sus movimientos. De la posición de gateo, el niño ha pasado a sentarse solo.





Sentado: el bebé ha alcanzado todos lo movimientos anteriores por sí solo, lo que le permite sentarse con la espalda erguida, con fuerza en los brazos por si pierde el equilibro saber sostenerse y dejar sus manitas totalmente libre para coger objetos.





De pie con apoyo/sin apoyo: el bebé ya domina las otras posturas de traslación (reptar, gatear) y pasa a descubrir cada rincón apoyándose en diferentes apoyos. 
Más tarde, adquirida la confianza total en sí mismo, comienzan los primeros pasitos despacito y con prudencia. Necesitará gran coordinación y fuerza en sus extremidades.


Estas son todas las fases por las que nuestros niños pasan hasta andar solitos, pero para ello también hay que dedicarle tiempo a los espacios, ya que, como os he mencionado, es su tercer maestro.
  • Debe ser seguro, una base dura que le permita el movimiento (alfombra dura, suelo). 
  • Amplio, para evitar limitarles y entorpecerles.
Otra parte importante para favorecer este proceso es la ROPA. 
  • Debe ser cómoda para que le permita moverse con facillidad. 
  • Muchas veces les ayuda dejarles sin calcetines para tener mayor sensibilidad y apoyo (no resbala).

Bueno familias, esto ha sido una pequeña ventanita para vosotros. Durante todo este trayecto, el adulto acompañará, estará junto al bebé. Confiará en él, y sabe que irá constituyéndose a sí mismo, a su ritmo. Poco a poco necesitará menos la presencia tan cercana del adulto, y paulatinamente irá alejándose para descubrir nuevos espacios. Pero, esa autonomía se apoyará siempre en la base de esa seguridad que le han prestado sus figuras de referencia (familia, adultos) en esta primera etapa.

El bebé necesita TIEMPO.
                            ESPACIO
                                ACOMPAÑAMIENTO

          y CONSTRUIRÁ ASÍ, SU ESCALERA, NO UNA IDEAL, SINO LA SUYA. (Laura Estremera)

¡HASTA LA PRÓXIMA FAMILIAS!






¡Sorpresa!

¡ Hola de nuevo familias! Tenemos una sorpresa para vosotros, pero sobre todo para vuestros niños y niñas. Queremos acercaros un poquito a l...